ALBA LUCERA ESCRIBE SOBRE DEMASIADA GENTE
La bailaora Alba Lucera ha escrito en su muro de Facebook sobre "Demasiada gente":
«Demasiada gente» es el título de mi sexta obra literaria completa, quinta novela desde que comencé mi andadura literaria con «Aquel viernes de julio» allá por 2012. Como aquel libro primero, «Demasiada gente» surge de una conversación en la farmacia en la que he pasado una parte importante de mi vida. Si aquella vez fue entre dos clientes que esperaban su turno para ser atendidos, en esta ocasión nace del diálogo entre la mujer que protagoniza la historia y el que suscribe, que escucha y luego novela una biografía fascinante, como fascinantes son las historias de vida de tantas personas con las que nos cruzamos a diario por la calle sin saber nada de ellas, incluso las de nosotros mismos a poco que profundizáramos. Cuántas historias nos quedan por escribir a quienes necesitamos la literatura como forma de expresarnos y comunicarnos con el resto de los seres humanos.
Sí, es cierto, hay muchas vidas que son especiales, extraordinarias, pero pocas creo que lo sean como la de Fernanda, la protagonista de esta novela, a la que le robaron su cuarto hijo al nacer con la excusa de que había muerto durante el parto.
Desconozco la respuesta que los lectores darán a la pregunta acerca de qué va la novela cuando les pregunten. Quizás tampoco yo sepa responder, porque las novelas cuando se publican escapan a la tutela del escritor y cobran vida propia e independiente. «Demasiada gente» puede ser una historia sobre niños robados durante la dictadura franquista, uno de esos trescientos mil bebés arrancados a sus madres, a sus familias, a los que aluden las estadísticas de una época oscura de España que aún hoy resulta tenebrosa. Pero quizás ese solo sea el detonante, la idea que me permitió bucear para volver a descubrir algún aspecto de la naturaleza humana que Fernanda, o, más bien, la mujer que se esconde tras el personaje me iba a ayudar a descubrir a través de una vida, la suya, realmente extraordinaria. Y es que, por una parte, hay muchas novelas dentro de una novela, como también es cierto que no se sabe de qué van las novelas hasta mucho tiempo después de ser publicadas, cuando los lectores hablan, sienten y descubren las intenciones no reveladas por desconocidas, del autor al escribir. En mi caso he experimentado eso en todas las novelas que he publicado, y aguardo ansioso a encontrar el tesoro que guarda esta en sus profundidades. Aunque solo sea un tesoro valioso para mí.
Escribir «Demasiada gente» ha sido muy desgastante para mí. Ha sido muy complicado que vea la luz, una novela casi maldita, como maldita es la historia de estas madres a las que aún hoy se las ignora y se las condena al olvido o a la locura. A Fernanda le robaron su hijo en el hospital cuyo edificio es hoy sede de la soberanía popular, el Parlamento de Andalucía. Ningún correlato más potente que este para una historia de incomprensión, injusticia y desprecio desde el poder a uno de sus ciudadanos. Hoy, desde el poder, a ella y a las madres, padres y familias de esos trescientos mil bebés robados, se los condena al olvido, a que mueran con la herida irreparable cometida contra ellos, y que la falta de memoria de este país, esa memoria que volverán a enterrar los hijos del régimen que permitió aquello, dejará impune, lista para volver a repetirse de nuevas y subrogadas maneras.
Hoy me siento feliz, porque publicar «Demasiada gente» significa para mí pedirle perdón a Fernanda. Perdón por el daño que yo, como parte de la sociedad, le he causado. Sí, yo también le he robado a su hijo a Fernanda, todos lo hemos hecho, porque como sociedad permitimos que aquello sucediera y, lo peor, miramos para otro lado ante su dolor. «Demasiada gente» es una pequeña, modestísima reparación a una causa sin consuelo, mi contribución a que su historia, la de esas trescientos mil madres en España, y muchísimas en Latinoamérica y tantos países, no quede en el olvido. Me hubiera gustado hacerlo mejor. Ojalá aporte algo de consuelo, de dignidad a su causa. Al menos lo he intentado.
Gracias a María Padilla, a Padilla Libros, por confiar en esta obra y posibilitar que la historia de Fernanda se conozca. Y gracias a los que me acompañéis en este viaje del que hoy no sé si tendré fuerzas para reponerme.
La bailaora Alba Lucera ha escrito en su muro de Facebook sobre "Demasiada gente":
El profesor de filosofía y editor en Anantes Ismael Rojas Pozo escribe en su blog sobre "Demasiada gente" y me califica como un rastreador de historias Comienza así:
Manuel Machuca escucha y apunta. Qué capacidad de mirar a la cara y provocar que le cuentes hasta los últimos detalles de tus pensamientos. Este arte lo tiene bien practicado en la botica, allí se le suelta la lengua a cualquiera que necesite sacar los pesares, más parece una taberna que cualquier otro negocio. Con estos testimonios, al modo de una fórmula magistral, elabora él novelas como Demasiada gente. Cualquiera de quienes le conocemos podemos formar parte de sus historias, de alguna forma o de otra aparecen detalles que completan sus ficciones de verdad.
Demasiada gente es su último desenlace. Una mujer que representa a toda una generación de sufridoras de las miserias que daba nuestra Sierra Morena, ese trozo de Alentejo español, pobre y anclado en el tiempo, cuyas lágrimas y sudores aún no han sido suficientemente novelados. Guadalcanal o Azuaga, que bien pudo ser Alanís o Cazalla, la tierra de mis antepasados; migraciones a la capital en búsqueda de menos infortunios.
La dureza de los hechos que conforman la trama de la novela es tan conocida como olvidada. Pertenece a las conciencias de quienes los padecieron y al rubor de las personas que supieron de aquellos raptos de bebés para dárselos a familias pudientes que no podían tenerlos de forma natural. Manuel tira del hilo con la ayuda de Fernanda, su confidente aquí. [...]
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Agradezco sus palabras, que me emocionan. Qué puedo decir de quién me llevó de la mano a publicar mi primera novela.
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