2023-01-01 00:00:00

GRACIAS

Autor: Manuel Machuca

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Cuando Jul y Gan hablaron con Álvaro Fuentes para proponerle escribir un artículo semanal en la Colina de Nervión sobre nuestro amado Sevilla Fútbol Club, sabían perfectamente que algún día este momento iba a llegar. Lo que ninguno de los dos imaginaba entonces era que, además de la tristeza que supone poner punto final a una colaboración tan fecunda y positiva, el adiós sucedería en un momento tan doloroso de nuestra historia. Porque a la lamentable clasificación liguera del equipo que ostenta el cuarto presupuesto de la liga española, se le ha unido una descomposición institucional que nos retrotrae a tiempos de ColussoEboue y otros remedos de futbolistas y dirigentes.

A Jul y a Gan les hubiera gustado despedirse con el equipo en la cima, como apuntaba en estas últimas temporadas, en las que la esperanza de coronarse en la liga se acercaba más a la realidad. Sin embargo, todo se torció, y lo que en un momento previmos los sevillistas como una temporada excepción que confirmaría nuestra regla ascendente, un tomar aire para impulsarnos de nuevo, apunta a día de hoy a una nueva travesía en el desierto, por mucha verborrea que acompañen nuevos discursos. Y es que la violencia verbal, como toda violencia, no trae nada bueno. Ya dice el refrán que quien siembra vientos recoge tempestades y el que un día se iba a comer un león desde la melena a la cola y salió trasquilado, no parece que sea el más adecuado para crear el ambiente de paz, sosiego y unión que precisa el sevillismo, salvo que él entienda la calma como «fusilamiento»» accionarial de sus contrincantes. Y en este país ya tenemos sobrada experiencia de las travesías del desierto, las épocas tenebrosas que se suceden cuando se pasa por las armas al hermano que piensa diferente y se transforma en enemigo con la mera excusa de imponer sus intereses a los de los demás. 

No, definitivamente no son buenos tiempos para nuestra entidad. El viento cambió de súbito, como nos muestra el cambio climático, y de un día para otro los días felices se escobarizaron, se caldearon, y Colusso se reencarnó en IscoMornaren Dolberg y paramos aquí de contar, por no encontrar un ejemplo en nuestra plantilla de aquel extraño portero camerunés al que ficharon de no se sabe dónde y que en el primer entrenamiento se partió un hombro, demostrando que no sabía ni tirarse y que la suya era una extraña, por decir algo, operación económica. 

ahí queó, se acabaron las tristezas en este artículo. Porque las despedidas no tienen que albergar tristeza sino agradecimiento. Y Jul y Gan están muy agradecidos a la confianza y el aliento que semana tras semana durante seis años han recibido de Álvaro Fuentes. No podrían haber tenido mejor director, y eso que en la anarquía e indisciplina de estos dos personajes necesitaban uno bueno de los de verdad. Y así ha sido Álvaro, con ellos y con este que con paciencia infinita ha transcrito las ideas de los autores intelectuales de los artículos. Cuánto han, hemos, aprendido de periodismo con Álvaro, y también con Ana M Romero, que siempre ha estado acompañando nuestro camino. Seis temporadas dan para mucho, y se puede decir sin faltar a la verdad que, contra lo dice la manida frase, no hubo de todo, porque todo fue bueno. Como también aquella temporada en la que nos embarcamos en el programa de radio La Colina Radio Show, otra experiencia divertida, muy profesional y, cómo no, inolvidable. Lo mejor que pueden decir Jul y Gan es que desde aquella Carta a Berizzo que conformó su primer artículo hasta hoy se han convertido en mejores personas. Hasta se han olvidado de su vecino bético y su perro Hulio, que ya no han vuelto a aparecer en los artículos. Por cierto, vaya peluche feo que llevaba el otro día para el estadio.

Llegó el momento de la despedida. El lunes 9 de enero va a ser un día muy duro para Jul y Gan. Será el primero después de muchos, ¡de doscientos sesenta y ocho!, en el que no se asomarán a esta revista digital, y desaparezcan de la actualidad de opinión para pasar a formar parte de sus archivos, de la pequeña historia de esta gran revista. Ojalá en Linares y en el Sánchez- Pizjuán las alegrías mitiguen esta tristeza y se den las circunstancias adecuadas que nos hagan soñar con que es posible enderezar el rumbo y que la travesía del desierto pueda hacerse desde la división en la que ha luchado y ha sido temido nuestro Sevilla Fútbol Club. Ojalá.

Pero de lo que sí estamos seguros es de que los cambios que se producirán en La Colina nos convertirán en un bonito recuerdo. Porque Álvaro y Ana siempre han sabido fichar, y lo hacen muy bien. Y, además, son extraordinarios entrenadores y saben redistribuir las piezas de su equipo para obtener los mejores resultados. De eso no nos cabe duda.

Ha sido un placer compartir la vida estos seis años. Quién sabe si nuestros caminos se vuelven a juntar en el futuro. El camino de la vida siempre esta lleno de sorpresas y nadie sabe cómo se mueven sus hilos. Pero, más allá de todas esas dudas sí que existe una certeza que hay que plasmar por escrito. Es una palabra, quizás la mejor de nuestro diccionario, y aquí está. Gracias.

Publicado en La Colina de Nervión el lunes 2 de enero de 2023.

Imagen de Pete Linforth en Pixabay.